SUERTE A TODOS LOS COMPAÑEROS
OS DEJO UN POCO DE LA HISTORIA DEL PATRÓN DE NIEBLA
En pocas y sencillas palabras diremos que los mozárabes son aquellas personas que profesaban la religión cristiana en Al-Ándalus a pesar de que la religión mayoritaria en nuestra tierra era la musulmana.
A pesar de muchos tópicos medievales sobre la intolerancia de unas culturas con otras según la cronología, en la Niebla del siglo IX convivían las tres “religiones del libro” (musulmana-judía-cristiana) dentro de los límites de la cora iliplense; la única diferencia entre ellas era que, al ser la musulmana la “oficial” y la dominante en el sentido político, los andalusíes pertenecientes a las otras dos debían pagar una serie de impuestos para poder realizar todas las actividades vinculadas a su propia creencia.
María y Walabonso eran naturales de Niebla, hijos de un matrimonio mixto entre un cristiano y una musulmana posteriormente convertida. La prohibición de estos matrimonios mixtos provoca la marcha del mismo a la serranía de Córdoba. Los hijos de los iliplenses se formaron en la religión cristiana, de hecho María ingresa en el monasterio de Cuteclara mientras que Walabonso lo hace en el de San Félix para, posteriormente estudiar teología en la escuela del abad Frugelo en Córdoba. La formación de Walabonso le permitió alcanzar la dignidad de diácono, llegando a ejercer en el monasterio de Cuteclara
En el 850, bajo el reinado de Abderramán II comienzan una serie de confesiones públicas cristianas (a modo de resistencia pasiva) a las que se conoce como la Revuelta martirial de Córdoba , ya que desembocarían en numerosas ejecuciones de mozárabes fundamentalmente, aunque también se ejecutaron muladíes, bereberes e incluso árabes.
El protomártir será Perfecto, sacerdote de la iglesia de S. Acisclo. Desgraciadamente por un suceso desafortunado. Educado y ordenado presbítero en S. Acisclo, Perfecto, que contaba con amigos musulmanes con los que un día, en una conversación con éstos, terminó acaloradamente por injuriar al Islam, al comparar los méritos de Mahoma con los de Cristo. Los amigos le prometieron discreción, pero fue denunciado. En un interrogatorio ante el cadí, por defender su fe, volvió a maldecir a Mahoma, por lo que fue condenado a muerte y encarcelado hasta el momento de su ejecución. Perfecto fue decapitado públicamente el 18 abril de 850 en la fiesta coránica de la Ruptura del Ayuno.
Durante un año se celebraron reuniones, cada vez con más adictos, en las que se alentaban a sufrir por causa del cristianismo. La consecuencia fue el martirio voluntario del monje Isaac, crucificado cabeza abajo y expuesto su cadáver para público escarmiento el 3 de junio 851.
Al domingo siguiente a la muerte de Isaac, Eulogio (San Eulogio de Córdoba) ensalza a un grupo de seis monjes que «camino al lugar del martirio, se felicitan mutuamente como si fueran a las bodas». Éstos son Pedro y Wistremundo, naturales de Écija, uno sacerdote en Cuteclara y el otro monje en el Armillatense; Walabonso, de Elepla (Niebla), diácono de Cuteclara, donde deja a su hermana la futura mártir María; Sabiniano, Habencio y Jeremías -un tío de Isaac-, cordobeses, monjes del Armillatense, de S. Cristóbal y de Tábanos, respectivamente. Llegados a la corte del cadí, defendieron, sin previo ataque, la ortodoxia de su fe y condenaron a Mahoma, el anticristo. Fueron ejecutados el 7 de junio, y el 12 fueron incinerados y arrojadas sus cenizas al Guadalquivir. «Mártires del primer combate» les llamó Eulogio, porque «en el espacio de diez días hubo ocho martirios y luego se pasaron treinta y seis días sin ninguno». Esta diferencia cronológica no significa que se interrumpiera la cadena. Recogiendo la invitación que le hicieran Pedro y Walabonso, el diácono de S. Acisclo, Sisnando de Badajoz, se presentó al cadí y, encarcelado, esperó gozoso su ejecución, que se consumó el jueves 26 junio.
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